Federico Maletto - "Federico el grande"

Su historia

Federico “El Grande”, fue el tercer rey de Prusia. Fue uno de los grandes representantes del absolutismo ilustrado del siglo XVIII. Se lo conoce por sus triunfos militares y sus habilidades para reorganizar el ejército. A muchas millas y tiempo de distancia, en un municipio en el interior del interior de la República Argentina, nacía otro Federico, que nada tuvo ni tiene que ver con luchas armadas ni el despotismo, pero que poco a poco se fue ganando el mismo apodo, merced a su performance deportiva. Algunas personas para diferenciarlo de aquel monarca prusiano, lo llaman “Federico, el grande de verdad”.

En tiempos de abstinencia de espectáculos deportivos por razones de prevención sanitaria, debido a una pandemia que aqueja al mundo entero, trataré de narrar algunos kilómetros recorridos por un freyrense, sinónimo de audacia. Me refiero a Federico Maletto, un vecino que logra encender la alegría de los corazones locales, con los bramidos de su midget y con sus habituales derrapes controlados, en pistas húmedas y secas. Heredero de destrezas familiares superlativas en este deporte, el segundo hijo del extraordinario piloto Gabriel Américo Maletto y María Alejandra Ingaramo, ingresa a las curvas todo de costado y despertando la admiración de sus propios competidores. Nació el 12 de septiembre de 1992, en Freyre, localidad de la provincia de Córdoba.

Previo a cada largada, en el interior de la jaula antivuelco, Fede espera que el semáforo rojo pase a verde, sujetando el volante con ambas manos, con la vista fija en la pista, presionando y soltando el acelerador varias veces con su pie derecho –su tendón de Aquiles posee una flexibilidad asombrosa, porque soporta ese recurrente movimiento sin quejarse–.

En el automovilismo, como en la vida, siempre surgen circunstancias impensadas. Uno de estos episodios, aconteció cuando Fede, estaba a dos días de debutar en este apasionado deporte. Esa tarde fue a probar a la pista de Freyre y se rompió el motor de su midget, justo cuando las agujas del reloj indicaban la caída del sol. Era jueves, y la oscuridad drásticamente tomó el cielo por asalto. Faltaban 48 horas para la primera carrera del campeonato 2012 y con este panorama sombrío, las posibilidades de poder participar parecían desmoronarse. Ante esta adversidad, el coraje de los Maletto (Edén, Gabriel) emergió para afrontar la situación –que por cierto, despertaba angustia en Fede, que veía cada vez más lejos la línea de largada–. A la madrugada lograron extraer el motor, desarmarlo y salir a buscar los repuestos necesarios para intentar repararlo. Se habían embarcado en una travesía contrarreloj y sabían que sería difícil obtener resultados positivos. Pero rendirse no estaba dentro del abanico de opciones. ¡Lo lograron! Repararon el motor con la precisión de un orfebre, lo armaron y lo colocaron en el midget. Llegaron sobre la hora a la carrera, con los nervios que estas situaciones acarrean. El escenario que ofició de anfitrión para el debut de Federico, fue la pista de Altos de Chipión. El joven piloto logró largar la final de esa carrera en primera fila, algo muy meritorio para comenzar –más aún con las adversidades vivenciadas (y derrotadas) pesando en su casco durante todas las vueltas–.

Pronto Federico advirtió que en el universo del automovilismo se presentan tantos obstáculos como en las pistas mismas. Aprendió que a veces surgen diferencias con otros pilotos, que el factor económico es un gran condicionante para poder participar, que el tiempo que implica preparar todo para llegar en óptimas condiciones no es poco, y que el factor anímico también influye en el proceso. “Hay que pensar en todos los detalles para que las cosas salgan como tienen que salir”, repite desde su primera vuelta el joven piloto que hace brillar a Freyre. Federico disputó 56 carreras, de las cuales ganó 9 finales y recientemente obtuvo el Campeonato 2019 del Midget Cordobés.

Pero en la vida de un deportista, no todos son buenos momentos. Fede también vivenció el sabor de una derrota que aún percibe injusta. El hecho sucedió cuando ganó una final en buena ley, con el aval del comisario deportivo, y luego, por una denuncia de un piloto por una equivocación de un cartel en el número del auto (Fede usaba el Nº 9 y la penalización era para el auto Nº 6), la autoridad de la largada se equivocó y a los 15 días, al piloto freyrense le quitaron la carrera ganada. Ese día la impotencia lo invadió, pero el paso del tiempo hizo su trabajo y logró que Fede viera en perspectiva el hecho, y lo tomara con calma y como fuente de aprendizaje. Para este piloto local, hay muchas personas importantes en su entorno. También tiene muy presente a quienes siempre estuvieron cerca, en las malas y en las buenas, y enfatiza en su hija, su novia, sus padres, su hermano Alejandro, sus abuelos y sus amigos. Y en el podio lo ubica a su abuelo Edén, a quien define como “un tipo lleno de cualidades y una persona increíble por donde la mires”.

Sus referentes como pilotos son Michael Schumacher, Ayrton Senna, Omar Martínez, Juan María Traverso y uno con el que tiene un fluido ida y vuelta: su padre, Gabriel Maletto. Y menciona a Edén Maletto, como su ídolo en la vida.

Fede considera que en la vida de un deportista, lo más importante es la preparación física y mental, para poder estar a la altura de lo que las carreras demandan.

Los orígenes de este gran piloto se remontan a los tiempos cuando acompañaba a su padre a las carreras y de sus eternas estadías en el taller de su abuelo, donde lo observaba atentamente cómo trabaja e innovaba –en épocas en las que la palabra “innovación” no era empleada por nadie–. Y claro, Edén sin proponérselo, ya era un visionario, alguien que veía situaciones mecánicas antes que el resto de las personas. Quizás allí radicó uno de los secretos de los chasis y motores que pasaron por sus manos. Fede admira su vocación y su constancia. En ese marco germinó el amor de Federico por los motores, el automovilismo, los cascos y la adrenalina circulando por las venas. Fue entre tuercas, neumáticos y herramientas donde el pequeño Maletto conoció el placer de la competencia y el deporte donde abundan los motores de cuatro cilindros o seis cilindros.

Federico soñaba con banderas verdes y banderas a cuadros. Un día, esos sueños comenzaron a materializarse, uno tras otro. Antes miraba las pistas desde afuera, pero una tarde comenzó a vivirlas desde adentro. La velocidad se convirtió en una vitamina irremplazable para su cuerpo, pero siempre la toma siguiendo el prospecto acuñado por el extraordinario piloto Juan María Traverso: “la velocidad debe ser ejecutada solamente en pistas y circuitos”.

El deporte siempre es una escalera larga. Federico ya subió varios escalones y sigue preparándose todos los días para seguir ascendiendo, como deportista y como persona.

Hoy se ilusiona y se prepara para enfrentar un nuevo campeonato. Sabe que el esfuerzo y la dedicación en algún momento le guiñarán el ojo y le retribuirán con merecidos buenos momentos. Quiere honrar el MP CARRERA que formó con José Peretto. Siente que toda la gente que lo apoya merece su máximo esfuerzo deportivo. Quiere dejar huellas profundas, levantando las banderas de la dignidad, el esfuerzo y el trabajo en equipo. Expresa plena gratitud a sus sponsors y amigos. Luego, mirando el cielo y con la voz entrecortada, confiesa que en cada carrera se encomienda a los que están con él en cada vuelta, aunque ya no estén físicamente en este mundo. Fede los siente muy cerca. Cuenta que en los minutos previos a la largada, piensa en su abuelo Carlos, su abuela Estela, su padrino Pablo, su gran amigo Gianfi y en quien define como su segunda mamá: Sandra. A todos ellos les dedica el título obtenido recientemente, y a todos los freyrenses les promete defender el primer puesto este año, trabajando duro para progresar e innovar (palabra que musicaliza e integra su historia).

Este año, Federico y su equipo se estaban preparando para competir en las dos categorías de midget de la zona, tanto en el campeonato cordobés como en el del litoral (vale acotar que tuvo un interesante desempeño en la primera carrera disputada en el mes de enero en Vila). Seguramente, cuando esta crisis sanitaria global pase, podrán concretarlo, como todo lo que se propusieron hasta aquí. Pronto volverán las maniobras de Federico “El Grande”, esas que el público aplaude con asombro hasta que las palmas de las manos quedan coloradas –con el humo del asado condimentando la atmósfera y dejando evidencias de amistad y acompañamiento–.

¡Felicitaciones FEDERICO MALETTO, por poner en práctica valores importantes para los tiempos que corren, que tienen que ver con el deporte, la integración, la salud y la ciudadanía! Gracias por darle brillo al nombre de nuestra localidad mediante la práctica responsable de un deporte. Tu nombre, tu historia y tus logros enorgullecen las páginas del Museo Virtual del Deporte de Freyre.

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