Gustavo "Cafera" Giarda - Un atleta rápidamente querible

Su historia

En esta oportunidad nos referiremos a una persona simple, de nuestro pueblo, quien por cuestiones laborales se fue y recorrió muchos lugares, acompañado incondicionalmente por su esposa e hija. Pertenece a una familia trabajadora, en la que su padre, albañil, construía y materializaba sueños y su madre, modista, cocía "más de 24 horas" por día. Cientos de novias y mujeres lucieron sus modelos.

Es el menor de dos hermanos. Nació un verano de 1961. Se trata de Gustavo Giarda, más conocido como "Cafera", quien se destacó en atletismo. Desde los nueve o diez años comenzó a competir en torneos intercolegiales, por lo general viajaban a Porteña, Devoto o Las Varillas. Allí tenían pistas para poder hacer las competencias, de las que luego se hacían selecciones para los provinciales.

En sus comienzos, junto al "Tati" Fernández competían en las carreras de velocidad, pero cuando hubo que elegir el deporte donde mayores posibilidades tenían, él eligió el atletismo. Desde ese momento comenzaron a aparecer las victorias, especialmente en 100 metros llanos, más allá de que normalmente competía en 200, salto en largo y postas 4 x 100, obteniendo campeonatos zonales en primera instancia. Posteriormente triunfó en campeonatos provinciales y comenzó a representar a la provincia en los torneos nacionales, siendo la competencia de 100 metros llanos la que mayor satisfacción le trajo, obteniendo el título de Campeón Nacional. ¡Sí, Campeón de la República Argentina!

Paralelamente, en ese lapso, obtuvo cinco campeonatos provinciales. Participó representando a la provincia de Córdoba en Buenos Aires, Entre Ríos, La Pampa y Santa Fe, con muy buenos logros en subcampeonatos Nacionales en postas.

Luego de una lesión que lo alejó aproximadamente seis meses de las pistas, volvió a competir en Porteña, en el Campeonato Internacional, logrando el título con su mejor tiempo: 10 segundos, 9 décimas. Gustavo cuenta que "al principio todo comienza como un juego entre pequeños y amigos y, al transcurrir el tiempo, se va incorporando la responsabilidad y la necesidad de no defraudar a las personas que te apoyan, a la familia y al profesor que te prepara". Aquí se detiene unos segundos, se emociona y hace un reconocimiento cargado de afecto para Jorge "El Profe" Giacomino, quien fue, según el campeón, la influencia más importante que tuvo.

El deporte en su vida tuvo una importancia trascendental. En verano competía en natación y por ser mayor, inició junto a un grupo de amigos, el equipo de Voley de mayores, bajo la dirección de "el profe" (su incondicional guía deportiva). Competir y practicar deportes en esa etapa de su vida, implicó quedarse sin salir en muchas oportunidades, para estar al 100% en las competencias y, a la vez, tratar de no descuidar el estudio, lo cual les preocupaba a sus padres.

Gustavo siempre que habla de su experiencia deja el mismo mensaje para directivos y para todos aquellos que de una manera u otra, son responsables del deporte a nivel local, manifestando que "no hay que pretender generar sólo ganadores. El objetivo es que todos los niños practiquen el deporte que les guste. Si luego obtienen triunfos, mejor, pero lo que es seguro es que obtendrán una mejor calidad de vida e incorporarán valores altruistas a su personalidad (como la fraternidad y la solidaridad). Además, se enriquecerán con muchas amistades que se van gestando de manera inconsciente, y que se van multiplicando con el paso de los años".

"Cafera" entrenó, compitió, disfrutó, creció, pero tuvo que seguir su vida trabajando, viajando, porque así se lo demandaba su labor, pero la experiencia deportiva, le permite (hoy) tener los mejores recuerdos de una infancia plena, rodeada de amigos, compañeros y personas que marcaron su vida para siempre.

Él, hoy puede sentarse a conversar con sus dos hermosos nietos. Tiene mucho para contarles. Ellos disfrutan esos instantes. Los relojes se detienen, las emociones afloran superando toda línea de tiempo rígida. Se miran a los ojos mientras dialogan. Gustavo ve en sus rostros pequeños - ansiosos por conocer las anécdotas deportivas de su abuelo- su propia infancia y su maravilloso pasado. Una suerte de viaje al pasado con emociones del presente, imaginando el futuro. Esos traslados imaginarios compartidos no tienen precio; lo reconfortan con una plenitud indescriptible y afianzan, en su corazón, los memorables instantes vividos. Historias, sueños, encuentros, triunfos, fracasos, momentos. Todo, está ahí, en su corazón y en su memoria, PARA SIEMPRE.

Dicen que la "La felicidad se obtiene cuando no prefieres ser nadie más, sino tú mismo, y no deseas estar en ningún otro lugar, sino, justo donde estás." Gustavo la obtuvo haciendo lo que le gustaba y forjando su destino con su trabajo y con su familia, disfrutando cada "lugar" en el que le tocó y eligió estar…

Por la simpleza, por ser tan humano, por ser un ejemplo a seguir en lo deportivo y una excelente persona, vaya nuestro más sincero reconocimiento.

¡Felicitaciones "Cafera", tu recorrido de vida se hospeda (para siempre) en la memoria colectiva de nuestro pueblo!
¡Muchas gracias!

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