Hernán Filippi - "Velocidad y sueños"

Su historia

Bramidos de motores, ansiedad circulando por las venas esperando la largada, aceleradas a fondo, curvas, banderas a cuadros, triunfos, derrotas, derrapes, gente cruzando los dedos y haciendo promesas al cielo a cambio de un lugar en el podio para él, y millas de anécdotas memorables sintetizan la vida de un piloto local, que inspiró estas líneas con aroma a caucho y aceite.

El nombre completo del protagonista de hoy es Hernán Huber Filippi. Nació en Freyre, el 12 de enero de 1976, colmando de felicidad los cuerpos de sus padres Huber José Filippi y Alicia Rosina Binner. Debutó en el automovilismo a los 23 años de edad, en el circuito “Antonio Depetris” de la localidad de Altos de Chipión, un 12 de septiembre de 1999, con un cielo celeste de testigo. Lo hizo como piloto del Midget del Litoral, porque en ese entonces sólo existía esta categoría. Posteriormente se conformó la categoría del Midget cordobés, en la cual también participó y obtuvo varios campeonatos y subcampeonatos.

En el Midget cordobés, Hernán tiene en su haber, 5 decenas de carreras ganadas y se consagró campeón de 4 campeonatos y 3 subcampeonatos.

En el Midget del Litoral, ganó 4 carreras en diferentes campeonatos. El logro más importante que marcó su carrera profesional en el automovilismo es el Título del Nacional, alcanzado en la localidad de Vila, en el año 2019.

Hernán siempre contó con el apoyo incondicional de sus padres en este deporte. Como dato anecdótico, cuenta que su papá sólo podía escuchar cada una de sus carreras por radio. Su mamá, Alicia, y su abuela Luisa, en cambio, tuvieron asistencia perfecta en todos los acontecimientos deportivos para aplaudir sus maniobras. Fueron sus grandes seguidoras, y a pesar de haber fallecido, Hernán las siente presentes en cada largada, en cada acelerada y en cada llegada.

Los años 2001, 2003 y 2005 fueron difíciles de transitar para este gran piloto freyrense. La pérdida de sus seres queridos se convirtió en un callejón cuesta arriba con viento en contra.

En ese momento el deporte automotor vino a su rescate. Fue su motivo para seguir luchando día tras día, para superarse dentro y fuera de los circuitos.

En el año 2005 –en noviembre puntualmente– faltando sólo dos carreras del campeonato del Midget cordobés, para consagrarse por vez primera campeón de una competencia tan deseada por su madre, el corazón de ella dejó de latir. A partir de esta gran pérdida, Hernán decidió dedicar todo su esfuerzo para cumplir el sueño de su madre: verlo sonriendo en el podio, con los puños en alto, celebrando el triunfo que tanto esfuerzo demanda. Vale decir, que en este apasionante deporte, también lo acompañaron sus tíos Eduardo Filippi (Tuqui) y Bernardo Filippi, alias Quito, que es su preparador mecánico.

Hernán contó con el resplado categórico de su única hermana, Mónica, y su marido (cuñado de Hernán). Sus sobrinos Lucas Gorgerino y Lucía Gorgerino, desde muy pequeños siempre lo siguieron a todos lados y vivieron cada una de las carreras con mucha intensidad.

Hernán le trasmitió a Lucas, la pasión por ser piloto de autos. Tal es así que, en el año 2008, con tan sólo 18 años de edad, Lucas Gorgerino (sobrino y ahijado de Hernán) debutó oficialmente en el Midget.

En este reconocimiento, no puede faltar Santiago Filippi Omedes, el hijo de este gran piloto local, que además de ser su fan número 1, desde bebé estuvo presente en cada una de las carreras, triunfos y títulos que obtuvo su padre. Con el paso del tiempo, lentamente, Santi fue siguiendo las huellas que su padre fue dejando en el mundo del automovilismo, logrando convertirse en un integrante del equipo de competición.

Hernán expresa que todo lo que vive como deportista trasciende los resultados, porque el deporte otorga herramientas y valores que posibilitan mejorar la vida en sociedad y los vínculos que se van forjando en cada momento compartido. Su secreto consiste en enfocarse, sin distracciones, en los objetivos fijados en cada carrera, empleando cantidades oceánicas de esfuerzo, responsabilidad y dedicación.

Es sabido que el deporte automotor, por su peculiaridad de ser individual, requiere de mucha confianza en uno mismo, y de mucha concentración. La relación del piloto, su equipo, el motor y el chasis, son variables claves que se ven reflejadas en el desempeño deportivo. A esto hay que agregarle la disciplina, la conducta humana y el respeto por el otro.

Hernán, pese a adorar la velocidad en el mundo del deporte, en ciertos momentos escoge tocar el freno y observar la vida en cámara lenta. En una de esas pausas reflexivas, vuelve a remarcar con énfasis, su eterna gratitud para con sus tíos y su familia, por acompañarlo en cada uno de los desafíos que el automovilismo fue poniendo en su camino.

A esta altura del texto, no quepan dudas de que el GPS de este campeón, le indicará la ruta correcta para seguir cosechando gratos momentos y aprecio.

¡Felicitaciones HERNÁN FILIPPI por recorrer un extenso camino en el que se cruzaron vastos triunfos y dolorosas pérdidas, que supiste afrontar con responsabilidad, aplomo, serenidad y resiliencia! Gracias por señalar al deporte como una pista positiva para materializar sueños, y para adquirir buenos hábitos y buenas conductas que permitan edificar mejores sociedades. Tu nombre se inscribe en el Museo Virtual del Deporte de Freyre.

Escuchá a nuestros homenajeados