Nelson Gonella - El pibe campeón de 70 años

Su historia

Lo más importante en el mundo del deporte, no es el destino, sino el viaje. Toneladas de camaradería inundan el paisaje de las canchas de bochas. El clima se mantiene amistoso y cordial durante todo el año. Es un espacio ameno para ejercitar con plenitud el compañerismo y la vida comunitaria.

"Las bochas" es un deporte relajado pero estratégico que tiene un linaje antiguo. Es una competencia sana, una excusa hermosa para pasar unas horas en la compañía agradable de amigos. Este deporte, inmensamente humilde en sus manifestaciones físicas, esconde una riqueza sin límites en su conformación espiritual. Por eso hoy vamos a homenajear a un tipo simple, jugador moderado en sus impulsos y correcto en sus gestos, un caballero detallista que se siempre cuidó que sus manifestaciones no hieran al adversario. "Comprensivo, modesto, buen compañero y excelente adversario -esto último es el mayor valor agregado de un deportista-". Así lo define un grupo de experimentados bochófilos de la zona.

Nos referimos a Nelson Gonella. Nació el 26 de mayo de 1946. A los 14 años empezó a despuntar el vicio de las bochas. Se dedicó a este deporte de blanco, porque no hay rivalidad como en otros deportes, porque se evidencia la pureza en sus prácticas y porque en este escenario se consiguen muchas amistades que quedan a lo largo de la vida.

Su trayectoria deportiva es una evidencia empírica de esto. Su primer compañero de bochas fue Telmo Favaro, a quien reconoce como su segundo padre, ya que su padre falleció cuando tenía sólo un año -adversidad tan cruel como inexplicable que Nelson debió afrontar-. "La persona segura sabe que tiene que aceptar los retos de la vida como parte de su viaje" expresó Terry Gogna. Pero esto, no siempre resulta sencillo, por la simple razón de nuestra condición de seres humanos.

Nelson empezó a jugar en el Unión Bochas Club, luego en el 9 de Julio Olímpico. Jugaba todos los domingos. En 1972, por su trabajo en el glorioso Bar Central (donde se jugaba el tercer tiempo de todos los deportes del país), dejó de jugar por 18 años. No obstante, sus amigos pasaban todos los domingos a visitarlo y charlar sobre bochas. Cuando dejó el bar, retomó nuevamente su pasión. Volvió a jugar en segunda categoría, fue ganando campeonatos y sumó puntos como para volver a jugar en primera nuevamente. Su mejor juego es ser puntero.

Recuerda a muchos compañeros pero con los que más jugó son Telmo Favaro, Alfonso Tuninetti, Miguel Cere, Alegidio Ribero, Eduardo Baronetti, Raúl Delgado, Ariel Martin. Lleva tatuados sus nombres en su corazón. Jugando para el 9 de Julio Olímpico ganó aproximadamente 30 campeonatos. Con los que más triunfos logró fue con Telmo Favaro y con Ariel Martin. Los campeonatos que más deseaba ganar fueron el de la Sociedad Italiana de Ceres y el del 9 de Julio, jugando para Vila.

Siempre acompañaron su talento, la disciplina, el esfuerzo y la perseverancia con la que emprendió cada tarea que se propuso. El deporte no fue la excepción. Su trayectoria por el mundo de las bochas se caracterizó por su solidaridad y voluntad incansables. Los jugadores más importantes a quiénes les ganó fueron Marcelo Barbero (de Arroyito) y Elcar Moresco (representantes de Balnearia Bochas Club).

El año 2003 fue un año importante porque formó parte de la Selección de la Asociación para el provincial que se disputó en San Francisco. Luego jugó cuatro provinciales más en Bell Ville, Alta Gracia, Luque y en la Asociación Cordobesa. A los 58 años, por su edad, pasó a la categoría "veteranos" dónde fue convocado para jugar en la Selección porteñense. Fue elegido, por 6 años, ganador de la terna de bochas en Canal 6. Ganó entre 1 a 4 puestos y aproximadamente 80 campeonatos. Jugó en Unión Bochas Club, y lo hizo ininterrumpidamente durante 45 años en nuestro querido Club 9 de Julio Olìmpico; 3 años lo hizo en Vila y actualmente en el glorioso Freyre Bochas Club.

Participó 3 años seguidos en campeonatos en el Chaco, logrando dos segundos puestos. Sus últimos logros fueron: un Segundo Puesto (en un especial de parejas, junto a Ivan Roldán), y Primer premio en Segunda Categoría disputado junto a su compañero Cabral, en la ciudad de Rafaela días pasados. Juega casi todos los domingos.

Las canchas de bochas, constituyen su rincón de paz en el mundo. Practica dos veces por semana, a pesar de sus 70 años. "Nunca se queja de nada", dicen sus compañeros. Arenga a los demás, se divierte y, previo a cada partido, se concentra y se pone serio para calibrar milimétricamente la mira telescópica que posee su mano. Su cuerpo exhibe una juventud prolongada merced a la alegría que irradia este deporte por sus venas.

Juega con las mismas ganas que a los 14 años y mucho mejor, acotan sus amigos históricos. Nelson es una combinación de características exótica; para quienes lo quieren (son muchos) es una fórmula humana en extinción. Combina el entusiasmo de la infancia, la rebeldía de la adolescencia y la experiencia de un tipo de 70 años bien llevados, en un mismo envase.

Portador de una voluntad más poderosa que el vapor, la electricidad, y la energía atómica, nunca olvida que el éxito no está en la perfección, sino en la motivación, el esfuerzo y la constancia. Los gurúes de inteligencia emocional, expresan en importantes cátedras, que el tiempo premia a los constantes. En el caso de Nelson, la profecía se cumplió a rajatablas.

¡Felicitaciones Nelson Gonella! Tu experiencia deportiva contribuye a difundir la importancia de practicar deportes con ejemplos como vos, personas de carne y hueso.
¡Muchas gracias!

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