Emanuel Primo - "Amor por el básquet"

Su historia

Nació el 3 de diciembre del año 1991. Hijo de Norberto y Alicia, hermano de Mónica y Lorena. A sus escasos cuatro años de edad comenzó a practicar fútbol; fue solamente a dos entrenamientos, y con seguridad manifestó que no le gustaba ese deporte. En este contexto, y sin pensarlo demasiado, eligió –a los 6 años– comenzar a practicar básquet. Su primer contacto con la pelota naranja fue un día viernes, y el domingo jugó su primer partido en Morteros. Este episodio fue un gran desafío, porque además de estar experimentando en una disciplina que recién conocía, había viajado solito con sus compañeros.

Emanuel tuvo una muy linda infancia, en la cual predominó el juego, las travesuras, y la diversión, siempre rodeado de muchos amigos. Y era tal la pasión por el básquet que fuera de los horarios de entrenamiento, se iba al club con amigos a tirar al aro.

Su primer director técnico fue Gustavo Finello, quién marcó sus primeros pasos y compartió con Ema varios años en el equipo del Club A. 9 de Julio O. Por supuesto que siempre contó con el apoyo incondicional de su familia, principalmente de sus padres, quienes entendían la importancia de practicar un deporte desde niño, a sabiendas de que la actividad física aporta muchos beneficios, esto es, mejora la salud y tiene efectos sociales muy positivos para todo ser humano.

A los catorce años, bajo la dirección de Javier Aiassa, Emanuel debutó en primera división, con todo lo que eso significa en un adolescente. Tres años más tarde, vivió un momento único, cuando jugando en el equipo de básquetbol del 9 de Freyre, se consagró campeón. En ese momento el técnico era Diego Giménez. Y a este logro, se lo sumaba que era el primero obtenido por un equipo de básquet de Freyre.

Emanuel siempre fue una persona disciplinada y comprometida, incluso en su etapa de adolescente, en la que muchas veces las prioridades y la diversión pasa por tener otros hábitos. Él supo y pudo disfrutar de cada etapa intensamente, complementando de la mejor manera su vida personal con su pasión por este deporte, que tantas alegrías y amistades le confirieron.

En el año 2009, el mismo equipo, con el mismo entrenador, volvió a salir campeón. Y en 2010, se consagraron subcampeones. En la temporada 2010-2011, jugó en la Liga provincial B, con Diego Giménez como director técnico.

Dicen que “aprender”, es disfrutar, que el “compromiso” es fundamental, que saber “perder” es empezar a ganar, que “disciplina”, es respetar al equipo, y que el deporte es una gran escuela para la vida de las personas. Emanuel asistió a todos los entrenamientos, hizo muy bien los deberes, y aprendió de cada resultado adverso. Posteriormente jugó seis (6) meses en “El Ceibo”, bajo la dirección de Gustavo Noria y seis (6) meses en el club San Jorge de Brinkmann. Además, pudo disfrutar de otras victorias, consagrándose subcampeón en la categoría “Cadetes”, en la selección de Morteros y su primer torneo en primera para este club, fue en el verano de 2015.

Emanuel, recorrió muchos lugares, conoció clubes e hizo amigos en tan importante camino. Desde muy pequeño supo elegir y decidió qué hacer, con convicción y mucha seguridad de que pondría lo mejor de sí para crecer y perfeccionarse como basquetbolista. En esta elección, su familia tuvo un rol importantísimo: dejarlo ser; acompañando y apoyando cada paso que dio como deportista y como persona.

Camisetas sudadas, gritos, llantos, abrazos, saltos, dobles, triples y tantas acciones y emociones, son retratos perpetuos que Emanuel lleva en un rincón de su corazón. Este órgano vital atesora, con complicidad, momentos mágicos e imborrables de su intensa carrera. Una de sus últimas experiencias fue en Atlético Rafaela, en la liga “C” de Santa Fe, junto a Gerardo Velazco como técnico.

Pero precisamente hoy, a sus 26 años, juega en su querido Club A. 9 de Julio Olímpico, en su pueblo natal, ese que tiene las canchas donde dio sus primeros pasos, donde convirtió sus primeros dobles, donde dio sus primeros saltos y donde obtuvo tantas alegrías. En este escenario deportivo, es donde entendió que el poder interactuar con otros y pensar como “equipo”, es fundamental en la formación de una persona. Las convergencias y divergencias alimentan el espíritu de equipo que habita en todo teatro deportivo y en los vestuarios. La interacción social abre la mente, permite mirar el mundo y la sociedad desde otras perspectivas y contribuye a generar tolerancia, pluralismo y aceptación por lo diverso.

Por tu gran carrera y por ser un ejemplo para muchos jóvenes, te decimos ¡gracias Ema! Con tu corta edad, lograste transmitir la importancia del esfuerzo, la constancia y la responsabilidad ante cada actividad, y ante cada desafío. No quepan dudas de que en tu vida y en todo lo que te queda por recorrer, aplicarás los mismos valores y pondrás, siempre en primer lugar, el compañerismo, la lealtad, la pasión por lo que hacés y tu deseo nunca derrotado de superación.

¡Felicitaciones Emanuel! ¡Muchas gracias por representar con responsabilidad a Freyre y a nuestro querido club! Valoramos –independientemente de los simples, dobles y triples que convertiste– tu firmeza y confianza en lo que hacías. Esto permitió que hoy todos los freyrenses, reconozcan el gran deportista y la gran persona que sos.

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