Fiorela Rivoira - Campeona y tenaz soñadora

Su historia

Los invitamos a bucear juntos, la vida de una freyrense que causó furor en el mundo del vóley. Fiorela Rivoira nació el día 13 de octubre de 1994, en Freyre; es hija de Victor y Claudia. Tiene dos hermanos: Cindy y Julián (quienes junto a sus padres fueron un pilar crucial en la vida deportiva de Fiore). Nunca imaginó que el sueño de participar en un torneo internacional con la Selección Argentina de Voleibol menor, se cumpliría en breve, en Perú, donde se desempeñaría como armadora -en muchos pasajes como titular y en alguna oportunidad como capitana del equipo-.

Pero mejor fijemos por un instante nuestra atención en sus orígenes. Fiorela comenzó jugando en el Club 9 de Julio Olímpico de Freyre en el año 2000, a los seis años de edad, puntualmente en mini vóley, bajo la conducción de la profesora Alejandra Cerino. Un puñado de tiempo después, comenzó a jugar en la categoría pre-infantil, ingresando al vóley competitivo de la mano de los técnicos Pablo Baldo y Roberto Rittiner. Desde muy pequeña, Fiorela eligió, sin vacilar, la disciplina deportiva que la apasionaba, sin imaginar que su constancia y disciplina la llevarían tan lejos, siendo protagonista de grandes logros del equipo al cual representase.

Pudo recorrer un camino de redes altas, rodilleras, remates y pelotas, en el que se pregona el juego en equipo, el respeto y la valentía, entre otros valores que complementarían los que Fiore seguramente ya traía en su esencia, fruto de la educación que sus padres le brindaron. Los valores inculcados en el hogar constituyen sólidos cimientos para lograr un óptimo desempeño de las personas en cualquier ámbito.

En el año 2006, siendo menor de edad, Fiore logró títulos importantes como campeona argentina Sub-14, suceso que sin dudas, marcó un antes y un después en su carrera. Navegó por experiencias deportivas y humanas muy enriquecedoras. Su fastuoso presente es resultado de la pasión y la garra que caracterizó su performance deportiva.

En 2010, en un torneo abierto en la localidad de Devoto, el técnico de la Selección Argentina de menores, Guillermo Cáceres, después de efectuarle las mediciones y evaluaciones físicas, comenzó a citarla en distintas concentraciones para integrar la Selección Pre-Menor Argentina de Vóley. Esto se realizó en el CeNARD (Centro Nacional de Rendimiento Deportivo, situado en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires) y en diferentes clubes de nuestro amplio país. Fiore, exhibió su talento en Córdoba, Santa Fe, Santiago del Estero, y también fuera de las fronteras nacionales: en canchas de Perú y Brasil.

Durante el año 2010, además de participar en concentraciones a lo largo de todo el territorio argentino, Fiorela se consagró campeona argentina en la categoría sub-18, en la ciudad de Rosario, representando a su querido Club 9 de Julio Olímpico de Freyre. Ese año, desde el 24 al 31 de enero, el equipo concentró, por vez primera, en el Club Atlético 9 de Julio Olímpico de Freyre. En el mes de agosto, Fiorela recibió la citación para formar parte de la Selección Argentina Menor Femenina para viajar a Perú a los efectos de participar en el Campeonato Sudamericano. De ese evento internacional, regresó con la medalla de plata en su cuello, lo que implicó nada menos que el pase al Mundial…

Fiorela se preparó físicamente con la colaboración de Roberto Rittiner, tratando de incorporar conocimientos técnicos y tácticos que exige el vóley internacional actual, junto a Pablo Baldo. Los tres formaron un equipo de trabajo ideal, donde no había feriados, horarios, ni fines de semanas libres y donde el perfeccionismo reinaba. Esto redundaría en un altísimo rendimiento deportivo de Fiorela. “Para ser los mejores, hay que entrenar como los mejores”, repetían los tres en cada entrenamiento. Y ella lo puso en práctica. Literalmente dejó todo lo que no tuviera que ver con el vóley y destinó todas sus energías a su prioridad: lograr la mejor versión de sí misma en materia deportiva, o dicho de otra forma, convertirse en la mejor voleibolista, para cumplir sus más sublimes anhelos deportivos.

Merced a los resultados obtenidos en los torneos durante todo el proceso –en las categorías Pre-menor y Juvenil, y al excelente trabajo realizado, Fiorela logró ser convocada para cumplir el objetivo máximo de un deportista, esto es, participar de un Mundial. El evento universal se llevó a cabo en Turquía, precisamente en la ciudad de Ankara, donde el equipo de Fiore obtuvo el octavo puesto. Allí, bien lejos de su tierra natal, se chocó con la más plena felicidad. Ella y todas las personas que la acompañaron en este proceso, sintieron en ese instante, que lo que creyeron imposible en algún momento, ya era realidad.

En el extenso curriculum deportivo de esta gran armadora, asoman condecoraciones y episodios sorprendentes, por ejemplo: Campeona torneo Liga de Vóley de San Francisco Categoría Sub-18 y Primera División; Campeona LI.PRO.ME Sub-8 en Bell Ville; Campeona Copa Argentina Sub-18 en Rosario; participación en la Selección de Córdoba Sub- 6 (en Chaco); integrante de la Selección Argentina Menor en el Sudamericano en Perú; Mundial 2011 en Turquía, entre tantos otros. El talento de Fiorela también obtuvo importantes reconocimientos de medios provinciales, regionales y locales, por ejemplo, el “Premio Estímulo 2010”, de La Voz del interior, por mencionar alguno.

Fiore lleva cada momento perfectamente guardado en su memoria y los cuida como verdaderas reliquias invaluables. Su firme transitar por el mundo del deporte demuestra que con constancia, esfuerzo y mucha dedicación, los viejos sueños pueden transformarse en valiosas experiencias vitales.

Es necesario reparar en un dato sociológico. Todos sabemos que las jóvenes esperan con ansias la llegada de su cumpleaños número 15. En este sentido, la experiencia de Fiorela fue particular. El día de su cumpleaños, Fiorela, estaba participando del torneo LINAME (Liga Nacional de Menores) en la ciudad de Rosario. El festejo se realizó cuando volvió a Freyre, con la copa de Campeonas Argentinas bajo el brazo.

En algún momento, tomó la decisión de suspender un viaje a Disney con sus amigas, porque la fecha coincidía con una concentración de la Selección Argentina. Priorizó la camiseta albiceleste. Esta elección de Fiore, en plena adolescencia, revela su nivel de compromiso. No abundan las personas dispuestas a resignar ciertos momentos importantes para la edad, por una causa deportiva. Pero Fiore, siempre pensó en el largo plazo. Sabía que más tarde que nunca, todo redundaría en satisfacción personal por lo logrado.

Su familia la acompañó incondicionalmente en todo el proceso. Descubrieron juntos un mundo nuevo y apasionante. Fiorela practicó voley sin ahorrar un gramo de entrega y dedicación. Y lo hizo con la convicción que caracteriza a los grandes hacedores de la humanidad. Pero su constancia no se limitó al deporte. Paralelamente, comenzó la carrera de Kinesiología, en la ciudad de Córdoba. Esta nueva actividad no apagó sus ganas y energías sino que las potenció, porque en este nuevo ámbito halló oportunidades para explotar más su talento. Fiore integró el equipo de la Universidad Nacional de Córdoba, participando de la Liga Cordobesa y varios torneos abiertos. Tiempo después, Fiorela recibió de La Selección Menor de Vóley Argentino, una nueva citación, pero esta vez para formar parte del Staff Técnico de Las Panteritas en Bell Ville como kinesióloga. Los caminos comenzaron a converger, y Fiore comenzó a cosechar su intensa siembra.

Actualmente es una noble profesional, una joven con muchas anécdotas para narrar, con muchos viajes realizados y con un futuro sin límites. A esta altura, claro está, que sus valores y convicciones la llevaron muy lejos.

Querida Fiorela: por tus aportes, por tus ganas, por ser un ejemplo para muchos jóvenes y por tu estoica voluntad, aplaudimos tu caminar por el mundo del deporte y te expresamos un inmenso y resonante ¡GRACIAS! En nombre de los freyrenses, con pleno respeto y admiración, colocamos tu nombre en el Museo Virtual del Deporte municipal, para que tu trayectoria sirva de inspiración para muchos otros. ¡Felicitaciones y muchísimas gracias!

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