Su historia
El caso de hoy es paradigmático y ejemplar. Por tanto, quizás no sea mala idea leerlo y releerlo para atesorar momentos épicos de la protagonista que hoy nos convoca. La vida de Melina es un soplo de aire fresco, en un mundo frecuentado por noticias negativas. La conducta de Melina invita a soñar y a mantener viva la esperanza. Meli, como la conocen todos, es la menor de tres hermanos. Cursa primer año en el colegio FASTA. Comenzó patín a los siete años y paralelamente va a Scout. Desde esos días nunca abandonó las actividades que ama. Patín y Scout ocupan lugares prioritarios en su pirámide de prioridades. Son parte de su vida y le aportan mucha felicidad diaria.
Pero partamos desde el inicio. Pongámonos patines imaginarios y patinemos juntos por la interesante vida de esta deportista local. Todo comenzó cuando Melina Soledad Rolón, llegó a este mundo. Este episodio aconteció el 27 de diciembre de 2005, en Freyre. Sus padres, Daniel Rolón y Judith Hernández contemplaron, desde entonces, el intenso caminar de su querida hija. El sol alumbraba el crecimiento de Melina. Un día, en un festival de patín en el club Atlético 9 de Julio Olímpico de Freyre, se presentó el grupo de Musical Show de San Francisco y a Melina le encantó. Automáticamente apuntó su noble mirada a los ojos de su mamá y le preguntó: “¿por qué en Freyre no realizan este tipo de competencias?”.Y acto seguido, la pequeña dijo: “A mí me encantaría practicar este deporte”. La mamá en ese instante comprendió que el interés de su hija por el patín se había despertado y difícilmente se apagaría. Le respondió con una suave sonrisa y decidió apoyarla en el cumplimiento de sus sueños. Un par de semanas después del cruce de miradas entre Meli y su mamá, como un guiño del destino, la mamá de Meli, recibió un mensaje de Alejandra Zonghetti, por facebook. El motivo era expresarle que sus hijas habían visto patinar a Meli y que les había encantado y querían que Melina se sumara al grupo de competencia “Small”. Esto hizo que el rostro de toda la familia de Meli se inundará de alegría. Horas después, el grupo familiar se reunió y sus integrantes decidieron emprender juntos la ruta deportiva que pronto les depararía muchas satisfacciones. Los padres, siempre tuvieron claro que lo importante era que Meli tuviera un espacio para desarrollarse como persona para integrarse con nuevos amigos, por medio de una herramienta excelente para lograr este fin: el deporte. Tras la arenga familiar, Meli cerró los ojos y abrazó con fuerza a sus padres. No podía esconder su rostro repleto de felicidad. Su entusiasmo desbordaba su cuerpo. El encuentro casual de Meli con el Patín fue una señal inequívoca del sólido vínculo que tejerían luego.
Melina es una nena perseverante y constante con lo que emprende. Lucha mucho por sus sueños y cuando se propone un objetivo se esfuerza hasta alcanzarlo, a pesar de su corta edad. El buen manejo de las emociones y la templanza que la caracteriza son peculiaridades diferenciales de su personalidad que le permiten ir en búsqueda de sus anhelos.
Los allegados y amigos afirman que su marca registrada es precisamente su sonrisa. En materia deportiva, Melina, debido a su contextura pequeña, casi siempre es la protagonista de trucos complejos en los bailes que el grupo ejecuta. La elevan en el aire, la bajan, y ella conserva un estilo armónico que fomenta el aplauso efusivo del público.
Meli patinó cinco años con el grupo del Club 9 de julio. El año pasado, con once años de edad, también lo hizo en San Francisco para el Musical Show. Los primeros días de febrero comenzó la pretemporada en la ciudad que se ubica a 35 km al sur de Freyre. Su integración al nuevo equipo fue rápida. El respeto y el afecto de sus compañeras hicieron fácil este proceso. El grupo “Small” está compuesto por doce niñas. Meli va a entrenar tres veces por semana: lunes (día en el que las entrena un profesor de educación física), viernes y sábado. Viaja en colectivo con una disciplina estoica y a veces, cuando sus padres pueden, la van buscar en auto. Este año, los viernes se queda a dormir de una compañera en San Francisco, así le queda más cómodo para ir a entrenar el día posterior.
La competencia Nacional consta de dos fechas. Casi siempre se desarrollan en Buenos Aires y Rosario. El año pasado, cuando salieron campeonas, Meli no soportó el cúmulo de emociones que llevaba en su corazón y estalló en un llanto digno y silencioso pero incontenible. Esa tarde, las emociones encontraron la hendija apropiada para visitar el exterior. Y, vale decirlo, es sano que suceda. Fueron lágrimas de desahogo, fue la observación fugaz de los intensos momentos vividos desde que abrazó este deporte. Las pistas de patín se ennoblecieron con las suaves lágrimas que brotaban de los ojos concentrados de esta pequeña gran freyrense. Este año, su festejo fue distinto. Abundaron los cantos, las sonrisas y los abrazos colectivos. Todo el equipo estaba contento y el festejo fue similar al del equipo que se coronó campeón.
Entre los logros de Meli se contabilizan sucesos importantes en términos deportivos pero también en términos emocionales. Patinó en el Musical Show de San Francisco representando a Córdoba, integró el equipo de Campeonas Nacionales con Small infantil (en 2017). Este hecho quedó tallado en su mente porque era su primer año con el grupo y su primera competencia. Debutó saliendo Campeona Nacional. Y este año (2018), salieron Sub Campeonas Nacionales pero con distinta categoría: “Small Mayores”. Hasta el momento la pequeña Meli, no padeció derrotas dolorosas, por eso es importante prepararla para afrontar momentos de adversidad, ya que en el mundo real las cosas no siempre suceden como uno las desea.
Su familia es su sostén, es decir, es el motor fundamental que le provee energía y contención para patinar por la vida con convicción y confianza. Su mamá expresa que la mayor adversidad de Meli es la distancia a San Francisco, porque es una niña y como su madre y su padre trabajan no la pueden llevar todos los días hasta allá. Por esta razón, viaja sola en colectivo. Pero cuenta que Meli no tiene miedo y es segura de sí misma, así que viaja sola.
Las ídolas de Meli (y ejemplos a seguir) son Alejandra Zonghetti, Carlina y Antonella Piacenza. Hoy, con tan sólo doce años de edad, Meli reafirma su amor incondicional por el patín. No importa si hace frío, llueva o esté cansada. Nada es impedimento para suspender su encuentro con el deporte. Esta responsabilidad tal vez la lleve lejos en el universo deportivo, pero sin dudas, la llevará muy alto en la vida, como ser humano. Todos los días, antes de salir de su hogar, repite una frase que le encanta: “Haz lo que te haga feliz”. Quizás, allí radique su secreto para disfrutar la vida…