Victoria Astudillo - "Corriendo por un sueño"

Su historia

El origen del running se remonta a la antigua Grecia. Los griegos son los progenitores de las olimpíadas, pero también de la práctica del deporte en general. En esa época no sólo se competía para abrazar la gloria, sino también porque existían beneficios sociales para los deportistas. Pero si queremos conocer la génesis del correr moderno no es necesario trotar centenares de años por la historia –debemos recorrer distancias, pero no tanto tiempo-.

Veamos. En la década de 1960, en Nueva Zelanda, Arthur Lydiard, corredor y entrenador de atletas montó el primer grupo de corredores (entendido como lo entendemos ahora en occidente). En 1961 Lydiard fundó el Auckland Jogging Club, el primero del mundo. Lo singular de la filosofía de Lydiard es que quería fomentar el running como algo social, como una porción importante en la vida de los ciudadanos. Corrían en grupo, despacito, incluso charlando, sin pensar en marcas ni objetivos.

Con el transcurrir del tiempo, este hábito se propagó como la pólvora y llegó a la Argentina, a la Provincia de Córdoba y a Freyre. En este rincón del mundo, el running y Victoria del Valle Astudillo se encontraron, merced a un guiño del destino –personificado en Lucrecia Gudiño, la entrenadora de corredoras y la primera mujer en completar el triatlón más largo del mundo–.

Los invito ahora a trotar unos minutos por la vida deportiva Victoria del Valle Astudillo, una mujer freyrense, que halló la felicidad en el deporte, y en la interacción social que este promueve.

Victoria nació el 7 de mayo de 1992. Empezó a correr en el año 2018, cuando se unió al grupo de running de Lucrecia Gudiño, quien amablemente le hizo conocer este universo de zapatillas, movimiento y kilómetros. Lucrecia la llevó a observar las carreras que se realizaban en la zona. La primera fue en marzo de 2018 en la localidad de Porteña. Fueron 5 km. Posteriormente corrió sus primeras carreras de 10 km en Rafaela y luego sus primeros 10 km en ciudad, evento que tuvo lugar en Brinkmann (el 24 de julio de 2018). Poco a poco siguió sumando carreras y logros, en eventos realizados en Sauce Viejo, Saturnino María Laspiur, Las Varillas, San Francisco, San Guillermo, Seeber y otras localidades de la zona.

En 2019, asumió un nuevo desafío: comenzó a prepararse para correr una mayor distancia (21 km). La primera competencia de esta distancia en la que participó, fue en la ciudad de Santa Fe. Fue una carrera muy dura, ya que en el km 19 Victoria se fracturó el pie, pero esto no impidió que lograra completar por primera vez los 21 km. Esta lesión la mantuvo al margen de los entrenamientos y carreras por dos meses. No obstante, sus convicciones y sueños se mantuvieron intactos, esperando con ansias el retorno. Lo que más dolor le provocó esta lesión, fue no poder participar en la primera maratón que se realizó en Freyre. Pero pronto entendió que la salud y el deporte van de la mano y que se retroalimentan.

Luego de estos dos meses de rehabilitación, su pie se recuperó y volvió a pisar con plena firmeza. Participó en dos carreras de renombre, como son los “15 km de Buenos Aires” y los “15 km de Rosario”. Luego vinieron sus mejores resultados deportivos. Uno fue en Rafaela cuando obtuvo el cuarto puesto y otro en San Francisco, cuando obtuvo la primera posición. Estos dos sitios, quedaron grabados en sus pies y en su corazón, porque fueron sus primeros podios en 21 km. Pero lo mejor aún no había llegado a su vida. A los pocos meses de los resultados mencionados, conquistó el campeonato santafecino, ganando su categoría en las carreras de la ciudad de San Guillermo, Suardi y San Cristobal. Y para coronar el año, Victoria obtuvo el premio “Sport 6” en atletismo (reconocimiento a su performance deportiva).

Su rostro se ilumina y su alegría se torna indisimulable cuando ve a otros varones y mujeres corriendo por las calles de Freyre. “Antes no corría nadie, ahora cada día somos más y eso está bueno”, expresa sonriendo. Victoria pudo hacer realidad un proyecto de vida que tenía almacenado en su mente. Desde que tomó la decisión de hacer realidad su sueño, no paró de entrenar. Fue superándose día tras día. Suele comentar que cuando en las carreras le empiezan a pesar las piernas, su secreto es pensar en su familia, en el afecto y apoyo que le brindan. Esta inyección anímica la carga de energía para concluir las carreras. Su entorno sabe que el deporte es significativo en la vida de Victoria. Es mucho más que una actividad física para ella. Es una herramienta de formación integral, de incorporación de valores e instrumentos para entablar vínculos sociales sanos y sólidos. El deporte permite ser parte activa de un colectivo, y de una sociedad.

A lo largo de los centenares de kilómetros recorridos, esta deportista freyrense pasó por todos los estados emocionales. La incorporación del deporte a sus días, le permitió encontrarse cara a cara con la felicidad. “Confieso que he vivido” el título de un libro de Pablo Neruda, parece una frase inspirada en ella.

¡Felicitaciones VICTORIA ASTUDILLO por ir al encuentro de tus sueños, con el convencimiento de que nuevos y buenos horizontes se avecinarían! Tu historia seguramente servirá de combustible para que otros vecinos y vecinas se animen a dar sus primeros pasos. Tu constante trotar se ganó un espacio en el Museo Virtual del Deporte de Freyre y amplía el capital social de la localidad. ¡Muchas gracias!

Escuchá a nuestros homenajeados